HOSTIL PRESENTA SU ÁLBUM DEBUT INFERNAL RITES EN CONCIERTO EN EL SALÓN IMPERIAL
LA BRUJA, ROCK PESADO CON PERSONALIDAD PROPIA
Tóxiko Records y The Horde of Nebulah Records anuncian el lanzamiento del álbum debut de esta banda nacional liderada por Eloy Arturo (Kranium, Reino Ermitaño, etc)
Por Franco Boggiano de las Casas
Cada año que pasa la frase “el metal (o el rock pesado en este caso) es más forma que fondo” toma más vigencia y certeza. Hay muchos clones sin personalidad propia que se limitan a rendirle tributo a los 70s, 80s o 90s sin mayor vergüenza ni ambición. Músicos que solo quieren emular a sus ídolos pero que nunca buscan (o encuentran) un camino propio, una identidad. ¿Complacencia? ¿Mediocridad? ¿Facilismo? Felizmente existen bandas como La Bruja, entre otras, que si bien revindican claramente sus influencias, lo hacen imprimiéndole un sello propio. Por eso mientras esperamos el nuevo álbum de Kranium Uma Tullo, Toxiko Records y The Horde of Nebulah Records han tenido a bien anunciar la salida del álbum debut de La Bruja, proyecto paralelo de Eloy Arturo donde canta y toca la guitarra. Se trata del disco más espiritual e intimista del fundador de Kranium, que sin traicionar a sus raíces musicales, nos abre las puertas de su mundo interior. Son 5 temas de rock pesado setentero con aires arábigos, progresivos y psicodélicos bajo las filosofías del hinduismo y del budismo.
El álbum arranca con ‘Rudraksha’ -planta cuyas semillas se utilizan tradicionalmente como cuentas para orar en el hinduismo y el budismo- que hipnotiza con su melodía y la voz te susurra sobre Shiva. ‘Sentimientos encontrados’ arremete con un rock pesado a la vena con una voz media aguardientosa de Eloy para luego dar rienda suelta a punteos sicodélicos, progresiones seductoras de bajo y rematar con ritmos sabáticos setenteros. Sigue el rock pesado seductor e hipnotizante con ‘Abismo’ que nos embruja con las encarnaciones del dios Visnú. ‘Cenizas’ continúa en la misma línea aunque con un cambio progre y psicodélico a mitad del tema y hay una aparición fugaz de los teclados de Khriss. En ambos temas Eloy se luce a plenitud en los punteos.
El álbum termina con la sensacional ‘Ya estoy muerto’ donde se vuelve a sentir el aporte preciso de los teclados de Khriss. Colorea el tema unas voces agudas que me hacen recordar al viejo Tarkus, influencia primigenia de Eloy. Ojo de cóndor/Te invoco o si/Para poder volar junto a ti/Y así poder ver/cómo la humanidad/se destruye hasta el fin/Ya estoy muerto!!! Además de Eloy, el power trio está integrado por Miguel Gutiérrez (batería y coros) y Khriss Meléndez (bajo, teclados y coros), también integrante de Kranium. Excelente debut que no debe faltar en la colección de todo amante del rock pesado. Interesados contactarse con Tóxiko Records ya que la pre venta empezó hoy.
MAZE OF TERROR: ESTÁN LISTOS PARA MATAR
Debo confesar que en 1987 empecé a coleccionar casetes de mis bandas favoritas de metal. Tenía sentido porque era el único formato -junto al vinilo- que existían. Es más, dado mi fanatismo les ponía un número y se los pegaba en el lomo de la cajita. Llegué a tener cerca de 200 casetes entre originales y piratas. No era una gran colección, pero mi doble casetera no paraba de sonar en mi cuarto, mi bunker, mi refugio de mi adolescencia.
MORTEM, LOS DEMONIOS VOLVERÁN A AZOTAR EL VIEJO CONTINENTE
Crédito de Foto: Necroblanca photography.com
El cuarteto liderado por los hermanos Cerrón Palomino tocará en el festival de death metal danés KILL-TOWN DEATH FEST que se realizará del 6 al 9 de setiembre próximo en Copenhague.
EL ATAQUE METAL: 30 AÑOS DEL ESTALLIDO DEL METAL PERUANO
LA VENGANZA DE SEPULCRO
FALLEN SYMMETRY: UNA BANDA CON ALMA
Sentimiento y técnica en su álbum Renacer vivo
EL HEAVY METAL A LA VENA DE BLIZZARD HUNTER
- Banda nacional tocará el 20 de mayo en el Evil Confrontation Festival Open Air en Santiago de Chile. Aquí un review de su álbum debut Heavy Metal to the vein lanzado en el 2015
LA NOCHE DEL DIABLO NEGRO
Por Franco Boggiano de las Casas
Fotos: Ricardo Choy-kifox
Sinceridad brutal ante todo. Fui al festival esencialmente a ver a una de mis bandas favoritas: Malón, pero quien se conectó conmigo, me hizo levantar los puños, mover la cabeza, corear, aplaudir y disfrutar al máximo, fue Katon W. de Pena, vocalista de Hirax. Qué tal frontman. Qué tal conexión con el público de entrada. Qué tal carisma y despliegue escénico, estableciendo una relación horizontal con el público. Nada de poses de divo ni de súper estrella fría y distante. Un headbanger a carta cabal. Un tipo sencillo que se entrega totalmente a su público. Una actitud que algunos frontmans locales deberían emular si quieren ganar seguidores y obtener una reacción del público que retroalimente a su banda. Katon mira a cada uno de los asistentes a los ojos, los señala y los invita a ser parte del show y a no mirarlo de forma impávida y pasiva a través de una cámara o una pantalla de celular.
Sin lugar a dudas, fue la noche del Diablo Negro. Y eso que no soy gran seguidor de Hirax, pero la banda de thrash metal de California mostró la noche del sábado que tiene mucho oficio, que sabe cautivar, hacer un gran show y meterse al público al bolsillo. Su thrash ochentero a la vena desató los pogos más brutales de la noche en la parte delantera de CC Festiva y los headbangers disfrutaron a rabiar todo su show. Desplegaron un setlist que combina temas antiguos como nuevos. Desfilaron Baptized by Fire, Hellion Rising, Lucifers Infierno, Lightning Thunder, Gallows Pole, Blind Faith, Black Smoke, Hate, Fear and Power, Hostile Territory, La Boca de La Bestia, Destroy, Black Tooth Grin (Nuevo tema), El Diablo Negro (el climax de su presentación), Barrage of Noise (medley), Brocken Neck y Bombs of Death.
¿Y Malón?
Creo que mis expectativas por la espera de 22 años (tocaron en Lima en el Delirium Tremens en 1996) eran muy altas. Por eso siento un sinsabor, una decepción. Musicalmente, estuvieron casi impecables. Tenía serias dudas de la performance de Claudio O Connor por los conciertos dados tras el retorno de la banda con la formación original en el 2011 en los que se notaba claramente que no podía cantar tan agudo y rasposo como antaño, y mucho menos por más de una hora. Felizmente, me equivoqué y Claudio tuvo una nota aprobatoria en Lima en cuanto a su voz. Lamentablemente falló algo clave para una banda tan emblemática como Malón: la actitud. Y es una percepción muy personal, aunque la comenté con unos amigos esa noche y ellos también sintieron lo mismo (y eso que son fans incondicionales de los argentinos). Malón miró por encima del hombro al público peruano. Como que los cerca de 800 metaleros reunidos en CC Festiva no eran suficientes para ellos.
Encima, O Connor tuvo el desatinado comentario de "agradecernos" el 6-0 con el que Argentina siguió avanzando en el mundial del 78 -y que finalmente ganaron- ante la risa cómplice del Tano Romano. Se me cayeron y de cara. En buena parte del show, los integrantes se mostraron desconectados. Karlos Cuadrado, en el extremo izquierdo, tocaba de forma casi displicente. Al otro lado del escenario, el siempre carismático Tano Romano intentaba infructuosamente irradiar toda esa buena onda que tuvo siempre. O Connor casi no se comunicó con el público y tan solo se limitó a hacer caras y sacar la lengua, tambaleándose -por momentos hacia atrás- como si no estuviera totalmente en sus cabales. Algunos "Lima" y "Perú" -más por compromiso que por otra cosa- espetó sin mucha emoción. Recibieron la bandera peruana que les dieron y agradecieron al final, más por un acto de rutina que por congraciarse con el público.
En lo musical, nada que reprocharles. Con el bombo del Pato Strunz golpeándote el pecho y con el mejor sonido de la noche, arrancaron con Nuevo Orden Mundial y un set de cinco canciones del disco nuevo (NOM, El Infierno de Ayer, Mi Digna Lealtad, Barbarie colectiva y Plata o Plomo). También tocaron varias canciones de Hermética (Vientos de Poder, Masa Anestesiada, Atravesando todo límite, Tú eres su seguridad, entre otras) y clásicos de sus primeros dos discos como Hipotecado, Bajo el Dominio Danzante, Grito de Pilagá, Castigador por Herencia, Malon mestizo y Síntoma de la Infección sumando 18 temas sino me equivoco. ¿Volverán para redimirse con el público peruano? Ojalá
Boals y las bandas nacionales
El festival empezó pasada las 7 de la noche con Revlin Proyect, banda del joven tecladista Nilver Pérez que se presentó con el cantante brasileño Renato Costa. Cuando ingresé al local estaban tocando The Final of Countdown de Europe, decisión cuestionable ya que en una presentación de corte internacional deberían priorizar los temas propios a los covers. Un consejo hasta de un conejo.
La banda practica un AOR/hard rock melódico con elegancia y fuerza. Tuvo una buena performance que arrancó los primeros aplausos de las 80 personas que había en ese momento en CC Festiva. La noche fue calentando e ingresó más público con la presentación de Fallen Symmetry. Iniciaron con Renacer en la Tormenta y empezaron a despertar al público con su buen prog power metal. Me puse en primera fila a cantar sus temas. Una banda que crece a pasos agigantados y que merece llevar su música fuera de nuestras fronteras.
Con los músicos de Fallen encima del escenario, subió Mark Boals, buen cantante que tuvo una banda soporte a la altura de las circunstancias. Su repertorio se basó en la época que tocaba Yngwie J. Malmsteen. Liar, Queen in Love, Rising Force -tema en el que participó el guitarrista Pepe Irei-, Fury, Hangar 18, Ring of Fire, Circle of Time, entre otros. Uno de los temas más coreados por sus seguidores fue el clásico I'll See the Light Tonight y el cover de Dio Holy Diver.
Con el público totalmente caliente, se presentó Thrashtorno, banda thrash de Juliaca. Fue el punto más bajo del cartel. En el primer tema no se escuchaban las guitarras y el sonido fue mejorando con el segundo tema titulado Planeando tu muerte. La agrupación se encuentra promocionando su disco The Evil Inside Me que lo llevará a varias ciudades del país y de Sudamérica.
Luego tocó Hirax y Malón (ya describí sus actuaciones arrancando el post) y cerró el concierto Grim Reaper al cual no vi por cansancio e impaciencia. En líneas generales, buen festival ante un decente marco de público (en su pico más alto 780 personas, según el propio organizador cuando tocó Malón). Bien Danger Steel con la organización en cuanto al escenario, luces y sonido. Lo único criticable es que no vendían nada de comer y el merchandising oficial de Malón tan solo un polo bastante discreto de la gira. Mucho mejor el polo oficial del evento. Larga vida al Festival Rock and Heavy.
EL TIEMPO NO TIENE PIEDAD (PERO EL FUEGO SIGUE INTACTO EN EL ALMA)
OXIDO, EL ESLABÓN PERDIDO DEL METAL PERUANO
EL VIAJE INTROSPECTIVO DE EL JEFAZO
Por Franco Boggiano de las Casas
Escuchar a El Jefazo es todo un viaje astral y terrenal. Es entrar en trance y sumergirte en las profundidades de tu yo interior, exorcizar tus demonios internos y dejarte llevar por tus instintos. No necesitas fumar ni aspirar nada... solo apagar la luz de la habitación, y, en soledad, cerrar los ojos, y dejar que todos tus sentidos se dejen envolver por la música. 'El Portal' te introduce al mundo de El Jefazo.
El rock pesado/stoner/psicodélico/experimental te va envolviendo poco a poco. Los ritmos repetitivos y contundentes te empiezan a dar vueltas hasta ingresar a tu cuerpo, a tu mente, a tu alma. La guitarra de Bruno Sánchez te va hipnotizando con cada riff y punteo, mientras que la base rítmica conformada por el bajo de Carlos French y la batería de Renán Monzón termina por someterte totalmente. 'Estampida' te sume en las profundidades de este viaje que parece no tener retorno, mientras que 'Río Tinto' te vuelve a sacar a flote para luego envolverte en la vorágine del caos sónico. Lacerante y curativo a la vez.
Megalodonte es otra entrega aplastante mientras que Gadawan Kura (me pregunto si está inspirada en los 'hombres hiena' de Nigeria) tiene una vibra más relajada inicialmente y te hace volar a parajes menos sombríos, aunque a mitad del tema se desata el frenesí, como si las hienas, controladas inicialmente, se escaparan y comenzaran su ataque despiadado en una persecución implacable.
El trance termina con El Cañón de la Eternidad. Melodías misteriosas que nos hacen perdernos en la nebulosa. Sin lugar a dudas, este power trio instrumental es terapéutico y lisérgico y hay una especie de hilo conductor entre sus temas que te mantienen enganchado todo el tiempo. Este primer álbum de El Jefazo de 6 temas fue editado en el 2016 en varios formatos. En CD gracias a una co-edición entre Inti Records, Necio Records y Toxiko Producciones y en casete por Necio Records. Este año fue lanzado en vinilo gracias a una coedición de Necio records y Forbidden Place Records (USA).
EL AUTÉNTICO ESPÍRITU DEL ROCK SIGUE VIVO
Oxido presentó después de 35 años su álbum debut junto a Espíritu de Hierro, Volcano, PAX, que nos regalaron una gran y energética noche en el Calabozo
Por Franco Boggiano de las Casas (Texto y fotos)
Deuda saldada. Oxido pagó su pasivo con su historia, con la historia del metal peruano, al presentar el último fin de semana su álbum debut luego de 36 años. El Calabozo fue testigo de una reunión casi familiar-amical, donde seguidores de la banda desde 1983, metaleros ochenteros, algunos noventeros, y unos cuantos representantes de las nuevas generaciones, se juntaron para disfrutar de una noche de buen rock pesado y sus variantes, y quedó demostrado que el auténtico espíritu del rock sigue vivo y en diferentes generaciones.
Abrió el cartel Espíritu de Hierro del 'Gordo' Cobos, quien le puso a su banda el nombre de una de las canciones de Oxido en sentido homenaje a esta. Vale recordar que Cobos fue quien hizo debutar a Oxido sobre una tarima en el ya lejano 1984. Fue grata mi sorpresa que la banda estuviera sobria -por lo menos sobre la tarima- y que tengan una nueva vocalista. Una buena voz sin duda marca la diferencia: o te levanta la banda o te la tira al piso. Karen Cry demostró tener buena entonación, potencia y actitud sobre un escenario, mejorando notablemente la propuesta de Espíritu de Hierro, ya que la voz era el talón de Aquiles de la banda del Callao en el pasado. El quinteto porteño sonó más cuadrado y con mejor sonido. Ojalá que pronto puedan plasmar este buen momento en un disco.
Luego se dio una gran erupción de rock and roll en el Calabozo. Volcano ratificó una vez más que es una gran banda y que destila una propuesta pro, llena de energía y sentimiento. Su rock -pesado, psicodélico, blusero- no solo te hace mover la cabeza sino es una intensa dosis que te sacude todo el cuerpo. Si bien sus influencias son añejas (60, 70s) suenan frescos, como para cautivar tanto a la nueva como a viejas generaciones. Robert Plant parece encarnado en el pequeño gran vocalista que es Alonso Pérez. Uno no imagina al verlo que en ese pequeño y aparente frágil ser se esconde una potente y aguda voz que se transforma cuando sube a un escenario y desata toda esa energía que lleva dentro. Por si fuera poco, Volcano cuenta también con un excelente joven guitarrista - Herbert Lopez- que toca con una desfachatez y desenfreno como si fuera un viejo experimentado de las seis cuerdas. Incluso, en uno de los temas se bajó del escenario a tocar junto a público. Ojo que no desmerezco el trabajo del bajista y el baterista que complementan en buena forma el poderoso cuarteto. Volcano tiene pasión, actitud, desenfreno, calidad. Ojalá que encuentre pronto escenarios más grandes y retadores y que su mágica lava la lleven a latitudes lejanas. Se lo merecen. Tocaron temas de su segunda producción Resurrección lanzada por Sonidos Latentes como Igualdad y de la primera como Religión, entre los que pude reconocer.
Llegó el turno a Pax, la banda del experimentado guitarrista Pico Ego Aguirre. Sin duda fue una buena elección porque si Oxido puso la primera piedra para formar la escena metal en Lima en los 80s, Pax fue la banda pionera del rock pesado en el Perú junto a Tarkus. Hoy como trio, Pax demostró que la calidad no se pierde a través de los años. Junto con Jorge Mora (bajo/voz), Pico hizo un repaso de sus temas tanto de los 70s como de los 80s y alguno actual. Sin duda el público coreó con mayor entusiasmo Exterminio, Radar de Amor, Storyless Junkie y Vampiros en la noche. Y por fin llegó el momento esperado: Oxido. El cuarteto desplegó casi de corrido los 8 temas de su disco debut. Luego de una sentidas palabras del organizador del concierto y productor del álbum -Giovani Hoyos Corrales- desfilaron: Ángel de la Muerte, Siempre hay sangre en las cadenas, Oxido, Jinete del Tiempo, El Sol, Atila, Espíritu de Hierro, Sacrificio en el Templo. Y al final, como para despedirse cantando con la gente, repitieron Siempre hay sangre en las cadenas.
Se notó a Javier Mosquera más expresivo, relajado y contento que de costumbre, inclusive se animó a moverse sobre el escenario (algo inusual en él), como si se hubiera quitado un gran peso de encima por fin y qué mejor hacerlo que con la gente que lo estima y lo admira. Deuda saldada con el mismo, con la historia de la banda, con el metal peruano y con sus seguidores. Salud!!!
MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL
La banda nacional Miserable nos presenta su tercera
producción en estudio titulada Al Abismo de la libertad donde confirma su ruta
thrashera con quiebres y su filosofía nietzscheana.
El camino de Miserable está
marcado desde su concepción por el thrash metal y el filósofo-poeta Friedrich
Nietzsche. El cerebro detrás, Adrián del Águila, exvocalista de M.A.S.A.C.R.E.,
que desde el 2017 ha tomado el bajo como arma para expurgar sus demonios
internos y conflictos existenciales, convirtiéndose en una especie de trovador nihilista
maldito.
Pero el crédito de la propuesta
no se lo lleva él solo porque ha encontrado en la sangre joven de los
guitarristas Jonathan Bustinza y Luis Sáenz (desde el 2022) y del baterista
Diego Porturas los socios ideales para llevar a cabo esta locura que cada año es
más sólida y colectiva ya que si bien las letras recaen en Del Águila, las
composiciones musicales son compartidas.
Las canciones de Al Abismo de la
libertad, su tercera producción en estudio, fluyen con naturalidad una tras
otra, de esos discos que los escuchas de un tirón donde no existe espacio para ponerle
pausa. Pero si hubiese que escoger algunos temas sobre otros, me quedo con
Abraza la muerte, Voluntad de poder, Cerdos y Yo predico el odio, donde demuestran
que no tienen ningún temor para salirse de los parámetros del thrash metal y
experimentar con otros ritmos y matices, aunque siempre volviendo a su estilo
base, a su esencia.
A través de los 8 temas que trae
el álbum, Miserable exuda furia, vértigo, rebeldía, cuestionamiento, reflexión
y le escupe a la cara a todo esclavo miserable que ¡La vida misma es voluntad
de poder!
Si tu pasión es el thrash metal y
te gustan las letras crudas y reflexivas, ya puedes escuchar el álbum completo
en las plataformas de Spotify y YouTube y muy pronto saldrá la versión en
físico que vendrá con un librito con una adaptación en prosa de las obras de
Nietzsche: Humano demasiado humano, El caminante y su sombra, La gaya ciencia,
Así habló Zaratustra, Mas allá del bien y del mal, La genealogía de la moral,
El Anticristo, El ocaso de los ídolos, Ecce Homo y La voluntad de poder.
¡Advertidos están!
SEPULCRO, CULTO A LOS OCHENTA
Banda pionera del thrash metal en el Perú lanza nueva producción Sinner donde regraba temas del pasado y las composiciones nuevas siguen exactamente en la misma línea.
Por Franco Boggiano de las Casas
Se puede abrir el debate de qué banda fue la primera en
tocar thrash metal en el Perú, pero no hay duda de que una de las pioneras de
este subgénero dentro de la escena nacional es Sepulcro.
La banda nacida en la urbanización San José del Callao y en las aulas del colegio San José Maristas en 1986 con el nombre de Satanakia, debutó en concierto como Sepulcro el domingo 13 de marzo de 1988 en la No Helden compartiendo escenario con Almas Inmortales, Kranium y Mazo, que también debutaba. El concierto lo abrió Sepulcro y solo tocaron tres temas: Sepulcro, Crematorio y Sentenciado Pecador.
En esta primera etapa de la banda, que duró hasta 1991, dejaron plasmados dos demos: Sepulcro (1989) y Powers Trace (1990), tocaron en conciertos emblemáticos como en las tres primeras ediciones de los Ataque Metal, en el Holocausto Metal del 88, en el Primer Encuentro Internacional de Thrash Metal con Warpath de Chile en 1989, entre otros, y contribuyeron a unir a los headbangers con los hardcore presentándose en Barranco.
El año 1991 marcó el fin de la primera etapa de Sepulcro, dejando la sensación que la banda podía llegar más lejos de haber continuado con su carrera musical. Esto parece un derrotero en la mayoría de las bandas nacionales de thrash posteriores como Mortala, Afronte, Estigma, Elektrash, entre otras, que tenían mucho potencial, pero en su mejor momento se separaron.
Luego de más de 20 años de silencio, en el 2013 reaparece Sepulcro para celebrar los 25 años del Ataque Metal. En el 2014, tocó con Vulcano y Faith or Fear y en el 2015 en el Lima Metal Fest.
Durante su ausencia de los escenarios, las nuevas generaciones pudieron escuchar lo que hacían en los 80s y comienzos de los 90s gracias a Heavier Records, sello local independiente que reeditó en CD los dos demos bajo el título de Sepulchral Voices (2006) y que la banda lo volvió a relanzar en el 2014 junto con Vigga.
En el 2018, Sepulcro lanza Vengeance, producción que retoma el camino exactamente donde lo habían dejado en 1991. El espíritu ochentero continúa en este álbum desde la portada, pasando por las letras y la forma de componer y sonar.
No por algo volvieron a grabar 8 temas antiguos (de los demos y demás) y solo dos canciones nuevas (Master of War y Vengeance) que mantuvieron la misma línea. Algo bastante común en las bandas ochenteras nacionales como lo hicieron previamente Mortem y Hadez, por citar las más importantes.
Sepulcro siempre se ha caracterizado por los riffs potentes, consistentes, con mucho músculo que te invitan a mover la cabeza o a poguear. Temas largos, instrumentales, con una voz colérica cercana al crossover ochentero.
Vengeance mantuvo esa línea y espíritu y para ello Maico y Miguel contaron con dos socios fundamentales en la parte rítmica: Renato Lozano (batería, ex Armagedon, Metal Crucifier) y César Moran (bajo, ex Necropsya), los cuales fortalecieron a la banda.
Sinner
Luego de ese disco, el reto -a mi modesto entender- era encontrar dentro de su propio estilo un sonido más actual y fresco, sin traicionar su esencia, pero esto no ha ocurrido.
Pese a que hoy el bajo y la batería los tocan sangre nueva (Alexander Chávez y Ricardo Cabrera), Sepulcro no ha cambiado ni un ápice, ni la fórmula ni el rumbo. En su nueva producción Sinner (Pecador) vuelven a grabar temas del pasado como la instrumental Los Gritos Del Silencio (de su primer demo Sepulcro del 89), Hungry Souls (del Powers Trace de 1990), Sentenciado Pecador (tema del 88) y a ellos se suman los nuevos Survivor, Death y Slavery, este último ha contado con la participación en la composición de César Moran, exbajista, pero que suenan como temas de los ochenta.
La misma fórmula de antaño se repite como una ley escrita en piedra. Para Sepulcro parece que el tiempo no pasó, que se quedó pausado en los gloriosos y venerados años ochenta. Para algunos esto puede resultar un tema de convicción e identificación inclaudicable, para otros, miedo a arriesgar, porque lo más sencillo es auto repetirse y preferir no salirse de su zona de confort.
A mí, Sinner me trae a la memoria cuando los disfrute en el Segundo Ataque Metal en 1990 o en la casa de Maico en el Callao hace más de 24 años. La canción sigue siendo la misma.